Un hombre ha de saber cuándo ha perdido. Eso nos avanza el comienzo
del episodio en un sueño en el que Bill es derrotado en un combate de boxeo a
modo de metáfora observado por su padre y su hijo. Así se puede resumir el
episodio.
Desde aquí no habrá más spoilers.
El episodio no es malo pero no es un gran final de temporada, sobre todo justo
después del mejor capítulo que nos han brindado este año.
Comenzaré con algo secundario
como es la importancia que recibe Barton
(Beau Bridges) en su relación con su ayudante. Una vez más comprobamos cómo eran entonces las relaciones homosexuales
en público o, más bien, cómo no eran. Algo para meditar, bien contado, excepcionalmente interpretado,
pero nada nuevo.
Lo principal en esta ocasión es la presentación del nuevo libro de Bill y
Virginia y la cantidad de frentes
abiertos que tiene el doctor que pelear mientras tanto, desde las
acusaciones de actitud inapropiada hacia el compañero de su hijo a los
conflictos con las dos mujeres de su vida.
Después de meter la pata hasta el
fondo con todo lo que hizo en Nueva York nos queda la duda de cómo actuará
Virginia con él, qué futuro laboral y personal serán capaces o no de tener. No sólo está en juego el futuro de Bill
sino de toda la clínica.
Como telón de fondo tenemos como
ya he dicho la conferencia de presentación del nuevo libro y presenciaremos las
idas y venidas en torno a si será posible dicha conferencia dados los
innumerables contratiempos y decisiones de los investigadores del sexo, quienes
no se sabe si serán capaces de acudir.
No hay que olvidar un par de
cosas que tenemos en la recamara como son la proposición que le hizo Dan Logan a Virginia al final del anterior
episodio y ante la cual ella debe tomar una decisión, y lo que trama la joven Nora en venganza contra Bill al resistirse
él a ella, ya que la vimos reunirse con el fanático religioso de la puerta.
Esto último trae cola.
Yo continúo tremendamente atraído
por el personaje de Libby, quien ha desechado la oportunidad de su vida para
ser feliz. Ahí entra ahora Bill y sus conflictos internos. ¿Será capaz de
reconocerlos y hacerlos frente? ¿Cómo afectarán éstos a Virginia y a Libby? Si bien en la trama central lo que pueda
ocurrir con Virginia es lo que más puede afectar al conjunto, es una escena con
Libby la clave del episodio.
Destaco de nuevo el brillo que está adquiriendo Betty,
no sólo el personaje que vale para todo como ya he dicho alguna vez haciendo de
“mamá” aconsejando en temas personales y laborales, también la
actriz (Annaleigh Ashford) se come con patatas al resto del reparto y ya se
hacen eco de ello algunos medios.
Como he dicho un episodio que no es brillante finaliza
una temporada que comenzó bien pero no siguió igual. No hago ningún spoiler
si digo que Bill es un gran investigador pero un pésimo gestor de situaciones
personales y eso nos ha llevado hasta donde estamos. A pesar de cualquier
crítica el penúltimo episodio eleva el nivel de la temporada aunque todo lo
demás hubiera sido una basura. No quiero
ser mal entendido, el episodio es bueno y todos queremos ver cómo termina la
temporada, ¿no?
Así llegamos al final de momento.
Creo que la próxima temporada promete mucho y espero que en ella Tessa cobre
toda la importancia del mundo.
Eduardo Iribarren (@Eduarlittle)
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