Reconozco que siento debilidad
por los episodios que se centran en un personaje y cuentan su historia pasada.
Ya antes del parón por acción de gracias quedé fascinado con la historia de la
Condesa. Ahora los misterios han dejado de estar ocultos y hemos conocido por fin al asesino en serie de los diez mandamientos.
Todos de un modo u otro tenemos
varias caras, varias personalidades que varían dependiendo del entorno, del
contexto, de las personas que nos rodean, del rol que debamos adoptar… Conforme
más próximas están esas caras unas de otras se puede decir que se ha alcanzado
una mayor madurez. Sin embargo una enfermedad mental, una psicopatía extrema puede llevar a olvidar quiénes somos en
determinados momentos. Se puede decir que se producen trastornos de
personalidad y tener diferentes facetas que viven vidas totalmente ajenas unas
de las otras. Tal es el caso del asesino al que tanto hemos esperado.
La muerte de Wren, una de las niñas de la Condesa, hecho con el que
acabó el último episodio y comienza éste, desata
la necesidad de saber y de desahogo del detective John Lowe. Acude al hotel
hundido y es entonces cuando Sally le
muestra las respuestas, le lleva a su propia habitación y le enseña tras el
armario el museo de trofeos del asesino de los diez mandamientos. Le desvela
que él es el asesino forzándole a
recordar. Él es el heredero de March.
|
Sally desvela la verdad a su amado John |
En la morgue ante el cadáver de Wren, John no puede contener la
necesidad de confesarse ante su compañero,
quien no le cree, y así comienza la larga conversación que dura casi todo el
episodio y en la que el detective narra
cómo ha sucedido todo.
Cinco años atrás, tras un duro escenario de un crimen necesitaba
olvidar y beber acabando en el hotel Cortez. Allí Donovan lo ficha y conduce ante March interrumpiendo su cena
mensual con la Condesa. Desde el momento
en que lo ve, March se siente impresionado e intrigado, libera a la Condesa
de sus obligaciones de acompañarle esa noche y comienza a conversar con el
policía al que le ve con mucho potencial.
Le habla de la oscura aura que lo rodea y que hace que no le importe el juicio
de los demás y que sienta la necesidad de controlar su mundo. Pero es una frase
de Lowe la que más le entusiasma al difunto millonario: “La muerte es lo único que tiene sentido en la vida”.
El policía abatido y lleno de
rabia en sus conversaciones que surgen a partir de ese momento con Mr. March le
lleva a juzgar cómo funciona el sistema de manera ineficaz y la filosofía del primer asesino de los diez
mandamientos comienza a entrar en la mente de Lowe. Esta situación nos
ofrece un duelo interpretativo
impresionante. El policía interpretado por Wes Bentley desarrolla una personalidad maléfica a lo largo del
episodio pasando de una desesperación
contenida a la rabia desatada pero creíble. Totalmente diferente es el
papel desempeñado por Evan Peters,
quien se sale con sus maneras anticuadas tal y como dicen en el episodio
“salido de una película de los años treinta”. Un personaje mucho más histriónico y quizás divertido a la vez
que perturbador. Un papelón a mi juicio.
|
March y John conversando acerca del sistema, la ira y la muerte |
March pide un favor a su esposa, el detective aún necesita un empujón
para abrazar el odio que lleva dentro, necesita perder toda esperanza, por eso ella secuestra a su hijo. Sus
ausencias en casa para vivir la otra vida de la que no recuerda nada fuera del
hotel Cortez se hacen más prolongadas y cada vez más difíciles de soportar para
su mujer, Alex.
Lowe no sólo tiene una doble vida
entre su familia y trabajo y el hotel, también
dentro del hotel lleva dos vidas: una
con March y otra que es una relación pasional con Sally.
Cuando March le ofrece su primer asesinato al policía, un pedófilo que
abusa de un niño de la edad que tendría Holden en ese momento, Lowe no
desaprovecha la oportunidad, el problema es que como le gusta la experiencia decide suicidarse. Sally no lo salva porque quiere que pase la
eternidad en el hotel con ella. Es el propio March quien impide su muerte
surgiendo el conflicto entre la drogadicta y el millonario. Sale a la luz que
sólo si ésta le ayuda a guiar a Lowe él contendrá
al “demonio conjurado por los vicios de gente como ella”. Ya hemos visto a
ese demonio sin rostro en acción en otros episodios y que nos recuerda al
hombre del traje de cuero de la primera temporada.
Por fin llega el día en el que March enseña a Lowe su museo y le pide
que termine su trabajo, que sea su sucesor, éste acepta. También le dice
que debe hacerse con el control del caso
en la policía para controlar la situación. Paralelamente Sally le enseña que no debe empezar con víctimas como su
mujer que lo puedan poner en el punto de
mira.
|
John Lowe convertido en el asesino de los diez mandamientos |
Así termina la historia que le cuenta el detective a su compañero en la morgue,
éste no termina de creerle hasta que le
clava un cuchillo por desear a su mujer, así se hace con un trofeo más.
Sólo quedan dos.
De ese modo casi triunfal llega
el policía al detective con un trofeo que ha arrancado a su compañero para el
museo. Se da una situación divertida en la que Iris se desahoga diciendo que no podía más no sabiendo con qué John
Lowe se encontraba en cada momento, si con el policía que no recordaba y ante
el que tenia que fingir o con el asesino que sí lo hacía.
Ahora ya sabemos toda la historia
y nos quedan aún cinco episodios para que pasen muchas mas cosas, muchos más
asesinatos, venganzas e historias de pesadilla.