Las luchas raciales son el principal conflicto del episodio tanto en lo
social como en lo personal.
El nombre del capítulo hace referencia a dos actores de vaudeville que
tenían un famoso número imitando a dos negros con sus acentos, las caras
pintadas de negro y unos grandes labios dibujados en el rostro. Dichos actores hacen esa parodia racista en el baile para
recaudar fondos que presenciamos en este episodio.
El conflicto estalla cuando D.W. Garrison Carr, la figura prominente de
Harlem, se presenta en el Knickerbocker para ser ingresado a sabiendas de
que aún Edwards no ha podido gestionar el trámite, no ha obtenido el permiso de
ingresarle, y así dar un golpe en la mesa clamando por sus derechos. Esto hace que Edwards pierda el apoyo de
Thackery por no haber hecho esperar a Garrison, por no haberle devuelto a
casa y llevarlo por los trámites que hubieran sido más sutiles y menos
conflictivos.
Sobre este telón de fondo y la preparación del baile para recaudar fondos
para el nuevo hospital se desarrollan el resto de tramas.
Bertie y Genevieve continúan su romance y protagonizan una
tremendamente tierna escena en la que se acuestan por primera vez, todo es
nervios y tensión pero también risas y amor.
Bertie y Genevieve enamorados en el baile |
La relación de Harriet y Tom no llega a tanto pero son
unos estupendos compañeros de piso. Tanto es así que cuando ella aconseja a
unas mujeres sobre cómo usar o hasta preparar profilácticos le preguntan cómo
se protege ella con él. Finalmente ambos llegan
al acuerdo de empezar un negocio clandestino de abastecimiento de condones,
ilegales como el aborto, pero no tan mal vistos.
Barrow, ahora con los grandes extorsionadores de su parte a cambio
de un amplio porcentaje, consigue protección frente a amenazas de los
suministradores de materiales o constructores y así tiene mayores facilidades
en sus negocios sucios.
Cornelia en su investigación por la muerte del agente de sanidad descubre que su familia introduce
clandestinamente a cambio de dinero a inmigrantes en el país sin pasar los
controles sanitarios. Esto llega a oídos
de su suegro a quien no le gusta nada y quien le pide, le ordena que se
cierna a sus labores de esposa, colabore más en las actividades sociales que se
le presuponen, haga feliz a su hijo y se quede embarazada. Lo peor es cuando descubre que no puede huir con su marido del manto de
su suegro ya que esa familia es la que hace que la suya propia no caiga la
bancarrota.
Cornelia aconseja a Lucy sobre la relación con su hermano |
El gran acontecimiento médico es la separación de las dos siamesas
rusas. El equipo de cirugía al completo colabora para realizar una
operación que resulta un éxito y es filmada con una cámara cinematográfica.
Antes de la operación Thackery está a
punto de recurrir a la cocaína pero se detiene y llama a Abbie, que es quien le
da ánimos y valor. El amor de él hacia ella va creciendo y le ayuda a salir
del pozo. En el famoso baile ella se siente avergonzada por su nariz
reconstruida tras la sífilis y él de nuevo le demuestra su amor diciéndole
además de todo corazón que no le importa, pero ella le pide unos arreglos.
Para el baile la enfermera Elkins se ha ganado con
trabajos sucios un buen dinero para comprarse un vestido a la altura de las
expectativas de Henry Robertson, actual director del hospital. Con él le
deslumbra tal y como ella quiere. Cornelia le advierte de que no se haga
ilusiones, que conociéndole tarde o temprano la dejará, le habla como a la
persona más inocente, no como a la
estratega fría en la que se ha convertido. Después del baile Lucy tiene a
Henry entre sus piernas y lo acaba de
atrapar enseñándole tal y como dice ella a “follar de verdad” usando cocaína
tal y como hacía con Thackery.
Regresando al tema racial, Gallinger no acude al baile, utiliza ese
tiempo para concentrar dos recipientes del relajante muscular que Edwards va a
utilizar en la operación de Garrison en uno solo, y así sabotear la operación. Tiene lugar la parodia racista de los
actores Williams y Walker, y al final el
Capitán Robertson confiesa a Edwards que no puede ni asegurarle un puesto en el
nuevo Knick ni tampoco la asistencia a pacientes negros. Le dice que él no
puede aportar el dinero y que el resto de socios no comparten sus políticas
altruistas.
El Capitán Robertson le da las malas noticias a Edwards |
Como colofón tiene lugar la
operación de Edwards, en la que está especializado, a Garrison. Tal y como Gallinger ha planeado, el
relajante concentrado produce estragos en el cuerpo del paciente pero él,
prevenido, sale a ayudar porque sabe
cómo mantenerle con vida. El
caballero blanco queda como un héroe ante los reporteros allí presentes.Las luchas raciales son el principal conflicto del episodio tanto en lo
social como en lo personal.
Gallinger sale al rescate en la operación de Edwards Eduardo Iribarren (@Eduarlittle) |
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