Cuando va a llegar noviembre hay
dos cosas que me gustan especialmente: ir al cementerio (nunca el día 1 que
está lleno) y el especial de Halloween de American Horror Story.
Los episodios especiales han sido
algo a lo que se ha recurrido bastante en la historia de la televisión. En
algunos casos se daban en ocasiones especiales como un final de temporada o un aniversario del estreno, pero lo más
habitual era que se produjeran para conmemorar una festividad. De ese modo nos
hemos topado con episodios que podían tener lugar fuera de los platós de rodaje habituales, con una trama totalmente ajena al resto de la
temporada, recopilaciones de
“grandes” momentos de la serie en cuestión o hasta musicales. Estos dos últimos tipos solían ser algo horroroso y
aburrido por norma general. Lo más habitual siempre han sido los especiales de Navidad o, en algunos casos teniendo a Friends
como el más emblemático, un especial del día de acción de gracias. Creo que los primeros en celebrar todos los años
un especial de Halloween fueron Los
Simpsons, desmarcándose de cualquier otra serie, y contando varias
pequeñas historias de terror. Es una pena que esta serie haya perdido tanta
calidad.
A día de hoy, yo personalmente
espero con ansia dos especiales al año: el de Navidad del Dr. Who y el de Halloween de American Horror Story.
Lo habitual en esta serie de
terror es que por un lado se mantengan parte de las tramas principales y se
introduzca una nueva que vaya a durar
solamente este capítulo. En esta ocasión la trama especial es una cena que prepara el constructor del
hotel, Mr. James March, a la que invita a grandes asesinos en serie a los que
ha instruido en las artes del asesinato cuando han pasado por su hotel. Una
cena de amigos célebres ya muertos y con las mismas aficiones.
Antes de adentrarme en lo que es
la cena en sí prefiero comentar las otras dos historias que conforman el
episodio.
Por un lado conocemos la historia
de Miss Evers cuando ésta se la cuenta
al detective John Lowe. Su maldición comenzó cuando en un Halloween un psicópata secuestró a su hijo y lo retuvo
en una granja junto a otros niños para
luego matarlo y que no quedara más resto de él que su disfraz. Ella lamenta
no haberle elaborado un disfraz mejor que una mera sábana para ir de fantasma,
y también haber sido tan descuidada como para perderlo de vista. Cuando dice
esto último se forma un vínculo empático
inevitable entre la eterna limpiadora
de sábanas manchadas de sangre y el detective.
La sorpresa para Lowe se produce más
tarde cuando averigua que los crímenes
hacia esos niños en la granja tuvieron lugar en los años veinte. De nuevo
su mente analítica no acepta procesar lo obvio.
Por otro lado habíamos dejado a
la estupenda Chloë Sevigny en el papel de Alex
Lowe que había reencontrado en el hotel a Holden, su hijo desaparecido. Por
si el aspecto del niño, su cara impasible, su incomodidad ante la luz del sol,
los ladridos del perro ante su presencia o el que el tiempo no hubiera pasado
por él no le dieran ninguna pista, tiene
que ponerse a beber la sangre del pobre perro para que ella se dé cuenta de que
algo va mal.
La pediatra acude al hotel en busca de respuestas y las encuentra de la mano de la
Condesa. Ésta le pone al día de la situación
vampírica fruto de un virus que provoca la inmortalidad que padece su hijo
y le ofrece poder compartir la vida
eterna con él y poder disfrutar de su puro amor por siempre a cambio de lealtad eterna trabajando
para ella. Aunque en un primer momento rechaza la proposición es evidente que
va a acabar aceptando.
Ya cerrados estos dos temas
podemos entrar en materia y centrarnos en la cena de psicópatas a la que este año está especialmente invitado el
detective Lowe, quien ha recaído en la bebida sin miramientos ante las
locuras que llega a observar en su vida familiar, en su trabajo y, sobre todo,
en su hotel.
Los invitados especiales a la
cena son:
- Aileen Wuornos, interpretada por la siempre esperada en la serie Lily Rabe. Conocimos a este personaje
por la película Monster en la que era interpretado por Charlize Theron. Una asesina
de siete hombres con un pasado de abusos de niña y también de mayor, y una
vida difícil llena de malas decisiones y mala suerte que la llevaron a la
prostitución y finalmente al asesinato. Los documentos gráficos de esta asesina
muerta en 2002 permiten tanto a Theron como a Rabe una actuación muy cercana al
personaje y casi idéntica.
- Richard Ramirez, “the night stalker”, comenzó violando a mujeres para terminar más adelante asesinando a los maridos previamente en sus ataques. Mató a catorce personas en los ángeles y murió
en 2013.
- John Gacy, “Pogo” o “el payaso asesino”, asesinó a treinta y tres hombres jóvenes. Hacía
servicios sociales en desfiles y fiestas de niños como payaso. Enterró a
veintiséis de sus víctimas. No se sospechó de él hasta que su última víctima,
un joven de quince años fue visto por última vez con él. Murió en 1994.
- Jeffrey Dahmer, “el carnicero de Milwaukee”, mató a diecisiete hombres y chicos. No sólo era
responsable de sus asesinatos, también practicaba la necrofilia y el canibalismo. Llegó a realizar trepanaciones a sus
víctimas para inyectarles ácido en el
cerebro y hacer de ellos una especie de zombies. Murió en 1994.
- Zodiac, el asesino del zodiaco. A este asesino nunca se le atrapó, inspiró al asesino de la película Harry el sucio y la propia película Zodiac. Según una de sus famosas cartas se hacía responsable de treinta y siete
muertes aunque sólo se probaron siete. Se le consideró una mente extraordinaria
y con conocimientos de criptografía.
Muchos de los rasgos característicos de estos asesinos se muestran en el episodio,
antes y durante la macabra cena. El final de la misma es algo previsible, una
victima compartida que les proporciona Sally, la camello yonqui.
Lowe termina despertándose medio drogado, borracho y alucinando, sin saber si lo que ha visto es real o
no, y sin saber que cuando ya recupera la “consciencia” de la mano de Sally,
todavía allí mismo está teniendo lugar el final de la cena en otro plano de la
realidad en ese momento ya no perceptible para él.
Eduardo Iribarren (@Eduarlittle)
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