A primera vista lo
que se observa en el paciente es una clara desmejora con respecto al año
pasado. Cojea, habría que revisarlo. Tiene problemas graves de guión, la
tensión del mismo es irregular y, en último término decepcionante.
El Doctor Tackery preparado para operarse |
Analizando con más
detenimiento, sigue manteniendo fuertes las defensas musicales y su
ambientación histórica, y mantiene un ritmo cardíaco de realización adecuado,
sin embargo parece que le falta algo en el interior. Es necesario practicar una
incisión para corroborar que la falta de varios órganos vitales le hace carecer
de profundidad. Siendo meticulosos se podría decir que aunque mantenga todo el
corazón, parece haber perdido una buena parte de masa cerebral.
Las tramas son
desiguales, unas tienen altibajos, otras no avanzan y otras simplemente
desaparecen. Thackery no tiene arco en esta temporada, simplemente reacciona a
lo que le sucede como lo hace siempre pero de una manera menos interesante, sin
aportar nada más, además no queda clara la motivación de la exmujer para hacer
lo que hace. Bertie comienza siendo una promesa pero luego se queda en nada, ni
la relación con Genevieve alcanza la importancia esperada. Lo mismo sucede con la
enfermera Lucy Elkins, sí que da gusto verla “pasar al lado oscuro”, pero no va
más allá, ahí se queda y nos quedamos con ganas de moraleja. La gran
investigación de Cornelia termina con una conclusión poco original con
traiciones, incendios y reacciones de nuevo insólitas. ¿Cómo puede aceptar todo
lo que sucede al final o haber olvidado tan fácilmente al Dr. Edwards? Por otro
lado, ¿cómo el Dr. Edwards se re-enamora de su mujer salida de la nada? Pero lo
que más me hastía es lo larga que resulta la trama que envuelve a Tom, el
conductor de la ambulancia, y Harriet, la monja. Ambos provocan una gran
simpatía pero llegan a cansar con tanto sí, no, sí, no, y la historia más que
previsible no avanza. Sin embargo algo de salud se puede apreciar a través del
personaje de Barrow gracias a su crueldad, su relación con el hampa, con su
mujer y sus fracasos.
La entrañable pareja formada por Tom y Harriet |
Diagnóstico final:
achaques prematuros, sin sentido la mayoría, desazón, falta de sangre y de
inteligencia a través de los guiones, cojera evidente y, en un primer
reconocimiento estético, no revela los deterioros internos. Situación final
crítica.
Eduardo Iribarren (@Eduarlittle)
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