domingo, 10 de enero de 2016

The Knick: 2ª temporada

A primera vista lo que se observa en el paciente es una clara desmejora con respecto al año pasado. Cojea, habría que revisarlo. Tiene problemas graves de guión, la tensión del mismo es irregular y, en último término decepcionante.

El Doctor Tackery preparado para operarse

Analizando con más detenimiento, sigue manteniendo fuertes las defensas musicales y su ambientación histórica, y mantiene un ritmo cardíaco de realización adecuado, sin embargo parece que le falta algo en el interior. Es necesario practicar una incisión para corroborar que la falta de varios órganos vitales le hace carecer de profundidad. Siendo meticulosos se podría decir que aunque mantenga todo el corazón, parece haber perdido una buena parte de masa cerebral.

Las tramas son desiguales, unas tienen altibajos, otras no avanzan y otras simplemente desaparecen. Thackery no tiene arco en esta temporada, simplemente reacciona a lo que le sucede como lo hace siempre pero de una manera menos interesante, sin aportar nada más, además no queda clara la motivación de la exmujer para hacer lo que hace. Bertie comienza siendo una promesa pero luego se queda en nada, ni la relación con Genevieve alcanza la importancia esperada. Lo mismo sucede con la enfermera Lucy Elkins, sí que da gusto verla “pasar al lado oscuro”, pero no va más allá, ahí se queda y nos quedamos con ganas de moraleja. La gran investigación de Cornelia termina con una conclusión poco original con traiciones, incendios y reacciones de nuevo insólitas. ¿Cómo puede aceptar todo lo que sucede al final o haber olvidado tan fácilmente al Dr. Edwards? Por otro lado, ¿cómo el Dr. Edwards se re-enamora de su mujer salida de la nada? Pero lo que más me hastía es lo larga que resulta la trama que envuelve a Tom, el conductor de la ambulancia, y Harriet, la monja. Ambos provocan una gran simpatía pero llegan a cansar con tanto sí, no, sí, no, y la historia más que previsible no avanza. Sin embargo algo de salud se puede apreciar a través del personaje de Barrow gracias a su crueldad, su relación con el hampa, con su mujer y sus fracasos.

La entrañable pareja formada por Tom y Harriet


Diagnóstico final: achaques prematuros, sin sentido la mayoría, desazón, falta de sangre y de inteligencia a través de los guiones, cojera evidente y, en un primer reconocimiento estético, no revela los deterioros internos. Situación final crítica.

Eduardo Iribarren (@Eduarlittle)

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