Baño de sangre para todos. En una época en la que los zombies se
han apoderado del mundo fantástico y se les ha dotado de hasta explicación
científica, el imaginario vampírico no iba a ser menos. Desatándose de los dañinos
lazos más adolescentes e inmaduros, la
sed de sangre regresa de un modo más patético y atractivo, doloroso y libertino,
nada que ver con las historias que nos habían inundado antes de que la
mencionada ola zombie arrasara con todo el inconsistente mundo de los vampiros
ñoños.
Tan sencilla como inteligente es
la resolución al problema que no por primera vez nos ofrece esta serie frente
al dilema de si desarrollar el especial
de Halloween el capítulo antes de la fecha señalada o el posterior. ¿Por qué no aprovechar la ocasión y hacer
dos? El año pasado disfrutamos de los episodios de Edward Mordrake, mientras
que en esta temporada hemos disfrutado de dos capitulazos que no conforman una
unidad dividida en dos partes. Así que si bien en el último capítulo
disfrutamos de una noche “mágica”, ahora veremos disfraces y calabazas.
Anteriormente habíamos visto como
Alex había sucumbido a la oferta de la Condesa para dejarse infectar y hacerse
inmortal. Así podría acompañar a su hijo en la eternidad a cambio de servicio y
fidelidad a su rubia creadora. La
pediatra comete el error de intentar curar a un paciente con un poco de su sangre a través del suero.
Ese error conllevará el inicio de una
epidemia convertida en masacre que
no sabemos hasta qué punto llegará ya que los niños con síndrome de abstinencia
y sin guía pueden cometer actos atroces como devorar a sus padres para sentirse
bien y ni pestañear.
Alex dándose un atracón de sangre |
Me han venido a la cabeza las
palabras que el viejo profesor en la obra maestra de Roman Polanski El baile de los
vampiros dice al final de la película, venían a ser algo así como: “yo no sabía que escapando juntos ayudaría a
la propagación de ese mal”. Otra referencia que no he podido apartar de mi
mente es un acto que se produce en multitud de ocasiones en las Crónica
vampíricas (la genial saga de libros de Anne Rice, no la horrible serie), un beso en el que el vampiro se
hace un corte en labios o lengua para transmitir su sangre a su pareja gozando
ambos con mayor lujuria. Sin alejarnos de esa obra, más bien de su adaptación a
la pantalla, cuando la clase entera de niños se echa sobre un profesor para
devorarlo en un plano cenital, he recordado la dramática escena que en Entrevista
con el vampiro observamos en el Théâtre des vampires cuando los
demonios se ciernen sobre la joven inocente y desnuda. Casi enloquezco de
placer con toda esa historia.
La Condesa interpretada por Lady Gaga |
Iris recién convertida por su hijo puede servir de herramienta para éste y Ramona Royale a la hora de vengarse de la Condesa como infiltrada
y ya veremos qué más. Debe soportar a todos los niveles la transformación y
luego hacer frente a la ama y señora del hotel cuando aparece disfrazada y que
parece ataviada para un cumpleaños de Elton John, sin que ésta note el cambio en ella. ¿Lo habrá conseguido? Lo que sí
sabemos que consigue es hacerse a su nueva condición y según sus propias
palabras: “Es irónico cómo después de
morir es cuando he aprendido a vivir”. Según mi parecer Kathy Bates nos ofrece la mejor
interpretación de la serie.
Manteniendo la unión con la trama especial del episodio anterior,
la cena de los psicópatas homicidas, el detective
Lowe pone en aviso a su superior diciéndole que cree haber encontrado a su
asesino y que se aloja en el hotel bajo el nombre de James March. Su jefe duda
de su estado mental y en esta ocasión no hace la vista gorda como tras la
desaparición de su hijo. Sus delirios ahora le conllevarán graves
consecuencias. Su camino desde el
comienzo de la serie va directo a la locura, desde el caso que llevaba del
asesino en serie que lo lleva al hotel hasta las situaciones oníricas que no
comprende o no recuerda como en esta ocasión junto a “Hypodermic” Sally.
Liv Taylor en su vida previa al Hotel Cortez |
Por último, lo mejor para el
final, como a mí me gusta, el flashback de la semana nos explica la historia de Liz Taylor,
probablemente el mejor personaje de todos los que ha interpretado en
esta serie el brillante Denis O´Hare.
Sin duda con inspiración de una de las mejores series del último año, Transparent, Liz Taylor era un hombre
de familia que gozaba usando la ropa de mujer en la intimidad y que en un alojamiento en el hotel por
motivos de trabajo desata su verdadero yo empujado por la Condesa. No se
llega a saber si ella simplemente lo maneja como a un muñeco, si es su juguete,
si se apiada de él o lo encuentra tremendamente bello por su sufrimiento
interior, pero le ayuda a dar el paso,
lo bautiza y le trasforma en quien realmente es sin convertirlo en un
inmortal infectado como ella. Una historia tremendamente bella que el travesti confiesa a su amiga Iris, y he de decir
que cuando ellos dos juntos
comparten escena nos ofrecen los mejores
momentos interpretativos del Hotel Cortez.
Eduardo Iribarren (@Eduarlittle)
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